Las fórmulas y conceptos utilizados para definir vulnerabilidad, evitan de manera intencionada incorporar las violaciones a los derechos humanos, las desigualdades o los impactos resultantes de industrias extractivas, como principal factor de incremento de la vulnerabilidad climática. Las comunidades soportan en sus territorios, no solamente los impactos del cambio climático, sino que además de manera directa, las actividades extractivas o contaminantes que promueven o justifican un “necesario” crecimiento económico.
Los pueblos empobrecidos, despojados de tierras, territorios y derechos por el sistema capitalista, extractivista y patriarcal resultan ser los más vulnerables al cambio climático, sin embargo en sus manos están las verdaderas soluciones al mismo.
Los conceptos de vulnerabilidad y riesgo deben ser redefinidos y cargados de nuevo contenido bajo el principio de la justicia climática global.
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